lunes, noviembre 20, 2006

Jóvenes

He participado, ayer en Santo Domingo, en el II Congreso Nacional del Consejo Nacional de Jóvenes Trabajadores (CNTJ). Ante más de doscientos jóvenes, que acudieron desde diversos puntos del país, he compartido la siguiente reflexión: ¿Por qué hacer de la juventud un sujeto especial y diferenciado dentro de la acción política? Creo, a mi juicio, que hay dos elementos que lo justifican.

Uno es la intensidad con la que los jóvenes viven determinados problemas básicos y limitativos de su libertad para llevar adelante el proyecto de vida que quieran, como son la precariedad laboral y las dificultades para acceder a una primera vivienda. Es impresionante la cantidad de matrimonios jóvenes en la República Dominicana que se casan, sin empleo y sin la expectativa de tener su primera vivienda.

Además, vivimos un cambio sociológico clave para entender lo que digo: Todos hemos tenido problemas en nuestros comienzos, y hasta en este tramo de la vida. Mi primer trabajo fue precario y mi primera vivienda fue un pequeño apartamento de dos habitaciones. La diferencia es que yo no tenía dudas de que mis estudios universitarios y luego mi carrera profesional, me sacarían de esta situación, vivida, pues, como transitoria y, por tanto, llevadera.

Las cosas hoy han cambiado un poco, y la precariedad y al dificultad en la vivienda pueden convertirse en la única perspectiva a mediano plazo para muchos jóvenes cuyas expectativas de mejora son limitadas a pesar de sus títulos, idiomas y másteres. Es decir, la realidad es que hay muchos doctores, abogados e ingenieros jóvenes que han emigrado a otros países para realizar actividades, distintas a sus profesiones, en búsqueda de mejores oportunidades, ante la falta de acceder a empleos en el país.

El segundo elemento es la perspectiva con la que se viven esos problemas. Se demandan soluciones ya, rápidas y dialogadas con la juventud. Y si no se encuentran, viene la crítica, la decepción y el “pasar” de la política.

Si entendemos que, más allá del número, los jóvenes son un elemento importante para un país, tendremos que concluir que hace falta una reacción política rápida que ayude a resolver esos problemas. Y una reacción que sea, con la participación, de la juventud. Sin varitas mágicas y sin reyes magos, pero con esfuerzo y compromiso. En ese sentido, al gobierno le ha faltado más acción, y menos discurso. O al revés, menos palabras y más hechos.

Hay que tomar iniciativas legislativas que abran la puerta de la esperanza para mejorar la calidad de vida de la juventud. En ese sentido, creo que hay que profundizar las reformas laborales que favorezcan la contratación indefinida de los jóvenes, otorgar micro créditos preferenciales para que los jóvenes puedan emprender carreras técnicas, o puedan establecer sus propios negocios; y también, promover regulaciones especiales para que los jóvenes puedan adquirir su primera vivienda.

Asimismo, tenemos que aprovechar las oportunidades que nos trae la sociedad del conocimiento, con la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación que ella trae. Sin embargo, hay una profunda brecha de conocimiento que impide que la mayoría de los dominicanos pueda tener acceso a esas fuentes del conocimiento, a diferencia de la minoría que sí lo hace. Y los laboratorios de informática y las computadoras son buenas, pero, sino las convertimos en herramientas de desarrollo humano, no van a llenar su cometido. Hay que comprometerse a la reducción de la brecha de conocimiento, y para ello, hay que centrar el esfuerzo en los jóvenes y en los maestros.

Ayer me sentí orgulloso de ser dominicano, y sobre todo de ser perredeísta. En medio de muchas dificultades, hay jóvenes que están dispuestos a cambiar las cosas, de manera democrática, en nuestro país. Los jóvenes de la CNTJ dieron un primer paso. No perdamos esta oportunidad, ni el empuje.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El proyecto de vida de muchos jóvenes se ve tronchados, por la falta en nuestro país de políticas, para ayudar a esa juventud y precisamente esto se puede realizar a traves de iniciativas legislativas que promuevan iniciativas para que los jóvenes marchen al ritmo de las innovaciones tanto en el ámbito laboral, profesional como en el personal, permitiendo asi, que nuestros jóvenes se encuentren verdaderamente motivados a seguir hacia adelante, porque tengan esperanza en un pais, que no sólo quede en palabrerias y politicas, sin en un país que realize programas que realmente ayuden al desarrollo humano y profesional de todo individuo que decida caminar en miras del progreso.