martes, marzo 13, 2007

Mal Estado

Las recientes declaraciones de respetados Obispos de la Iglesia Católica en torno a la reelección presidencial reflejan lo que la mayoría de los dominicanos están sintiendo: el gobierno del presidente Leonel Fernández no se está ocupando de atender los acuciantes y graves problemas que afectan al pueblo dominicano.

Los funcionarios del PLD están más preocupados por su campaña interna y por la reelección del presidente Fernández que por resolver los problemas propios de sus respectivas funciones. Y si a esto se le suma la debilidad institucional de que no hay controles efectivos y transparentes respecto al uso de los recursos del Estado en actividades proselitistas, la situación es sumamente preocupante, pues se descuidan las labores oficiales, produciéndose incertidumbre en la ciudadanía.

Cuando el Estado no es capaz de proporcionar los servicios públicos básicos, garantizar el nivel mínimo de inversión en educación y salud, luchar contra la erradicación de la pobreza a través de planes sociales transparentes, y establecer prioridades nacionales sobre la base de una ejecución presupuestaria sana y transparente, entonces se está en presencia de un mal Estado. Por eso, la alternativa a un mal Estado no es un no Estado, sino un buen Estado.

En épocas de incertidumbre como la que estamos viviendo actualmente, existe una sola receta: más información, más transparencia, más participación, y en definitiva, más democracia. Ante la incertidumbre se necesita un Estado fuerte y eficaz. Esta fortaleza reside en la calidad democrática, en el ejercicio responsable de sus competencias y en la existencia de unos servicios públicos eficientes.

De la necesidad de la democracia lo sabemos todos los dominicanos. El sacrificio que ha tenido que hacer el pueblo dominicano para mantener la democracia estable que tenemos es un reconocimiento de la capacidad que tiene nuestra nación. Ahora, siempre será una tarea inacabada reforzar la democracia. Para alcanzar este objetivo es preciso que todos los ciudadanos nos impliquemos, porque la participación hacer fuerte a la democracia y la democracia, como expresé, hace fuerte al Estado.

Sin embargo, se perciben determinados niveles de crispación en la sociedad dominicana, y el gobierno luce, producto de su misma concentración en su campaña interna, entrampado. No ha podido mediar efectivamente ante los diferentes reclamos sociales, como los transportistas, los profesores, los médicos y los sindicatos. También, en ocasiones, la prepotencia caracteriza la respuesta oficial.

Ante esta realidad, hoy más que nunca, hay que hacer conciencia de que los problemas nacionales no los puede resolver una sola organización política. Así ya lo hemos expresado, y más recientemente el PRD ha declarado que sus puertas están abiertas para las mujeres y los hombres que quieran contribuir con un mejor país, con más democracia, con más oportunidades, para concertar, entre todos, un proyecto de nación, con una visión a largo plazo. Pasar de Mal Estado a Buen Estado. Ese es nuestro compromiso.

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