sábado, agosto 30, 2008

Junot Díaz y Oscar Wao



A comienzos de mes, le dediqué un apunte a la última novela de Junot Díaz. Felízmente, el pasado jueves asístí a la puesta en circulación de la edición en español de La breve y maravillosa vida de Oscar Wao, editada por Alfaguara. Allí tuve el honor de escuchar, a viva voz, a Junot Díaz, en un interesante coloquio tanto con el escritor Frank Báez como con algunas personas del público que intervinieron en la sesión de preguntas y respuestas.

En adición a su profunda sensibilidad política y social claramente reflejada en su obra, Junot Díaz me capturó con su virtud más preciada, la humildad, pues, a pesar de haber ganado el Pulitzer, esa noche, nos dijo: "Aprendí a ser humilde. Una persona no puede parecer sencilla cuando está siendo entrevistada o cuando está en una gira de promoción de un libro, pero créeme, pasa diez años escribiendo una novela y aprenderás algo sobre la humildad".

Fue una noche excepcional. Hubo risas, pero también planteamientos muy serios.

Pocas veces, un auditorio dominicano ha escuchado tantas verdades dichas con tanta naturalidad y sinceridad por un dominicano de pura cepa. En el fondo, es lo que nos hace falta a los dominicanos. Entender que el ejercicio ético y transparente sobre todo de aquellos que ejercen en el servicio público es fundamental para que nuestro país pueda superar los serios y graves problemas institucionales, económicos y sociales que padecemos.

También, percibí necesidad de que Junot Díaz pueda venir con más frecuencia al país, e impartir los cursos de redacción o escritura creativa para muchos dominicanos a quienes les sería de gran utilidad. Ojalá que esto se pueda concretizar en el futuro cercano, para el bien de la cultura dominicana.

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