sábado, abril 11, 2009

En Palm Beach: vidas paralelas







Desde el martes 7 al jueves 9 de abril, estuve, por motivos de trabajo, en Palm Beach, Florida, Estados Unidos de América. En las casi 48 horas que estuve en la ciudad, pude palpar la compleja vida social que tiene esta isla, que esta entre el Oceáno Atlántico y el Lake Worth, y que pertenece a West Palm Beach.

Como se puede imaginar, Palm Beach es un lugar exclusivo en el que viven personas mayores de sesenta años, normalmente retiradas, o que, en distintas épocas del año, sobre todo en invierno, vienen a sus residencias que, de vez en cuando, aparecen en portadas de prestigiosas revistas norteamericanas. Su población es de unos 10,000 habitantes. Aquí el índice de pobreza es menos del 2%.

Lo novedoso, al menos para mí, fue saber que Palm Beach ha sido una de las ciudades de Estados Unidos más afectadas por las maniobras financieras de Bernard Madoff, quien tiene una lujosa residencia en esta ciudad. Recomiendo leer este interesante artículo titulado Madoff's world, publicado en la revista Vanity Fair.

Y aquí viene lo curioso. Resulta que Palm Beach fue fundada en 1911 por familias propietarias de las grandes corporaciones norteamericanas, como un lugar para descansar y vacacionar. Estas familias provenían de la extrema derecha, y como es natural, trajeron sus costumbres y códigos de conducta, que, felizmente hoy son rechazados por la mayoría de los habitantes en el mundo, excepto todavía en Palm Beach. Así, entonces, fundaron uno de los cuatro clubes que actualmente existen para sus reuniones sociales, con rigurosas reglas de admisión, que muy bien pudieran calificarse, algunas de ellas, discriminatorias. El club comenzó a rechazar solicitudes de admisión hechas por judíos (y tengo entendido, que todavía al día de hoy, no se aceptan). En la medida en que los judíos fueron llegando a Palm Beach, y al no lograr entrar al club, formaron su propio club, con las mismas comodidades que el resto de los clubes.

Madoff es admitido al club de los judíos. Para que se tenga una idea, a pesar de que el costo de admisión es de U$350,000 dólares, lo importante es lo que el socio pueda donar a distintas causas sociales. De su más de trescientos miembros, más de cien, fueron afectados por Madoff. Hoy, muchas fundaciones judías, que daban cuantiosas donaciones a distintas causas, han tenido que cerrar sus puertas, sin contar a quienes su patrimonio se le ha reducido a nivel cero. Según Vanity Fair, y yo también lo pude percibir, en una sociedad tan pequeña y llena de estas complejidades, hay quienes maliciosamente se alegran de la desgracia ajena.

Al finalizar mi recorrido por la ciudad, volví rápidamente a mi realidad. Mi taxista, un haitiano, muy amable y gentil, me contó que tenía 24 años viviendo en West Palm Beach, sudando la gota gorda, trabajando para mantener a su esposa e hijos, y que estaba decidido a no regresar a Haití. De los cinco millones de habitantes de West Palm Beach, viven unos setenta mil haitianos. Al igual que mi taxista, viven y trabajan en la búsqueda del "american dream". Y yo, feliz de estar de vuelta, en mi querido país.

Nota sobre las fotos: Comparto con ustedes algunas fotos de Palm Beach. En vez de publicar las fotos habituales de los sitios característicos de la zona, decidí mejor publicar las fotos que reflejan las vidas paralelas en esta ciudad.

1 comentario:

Sandra dijo...

Hola Orlando.
Yo tuve la oportunidad de estar en esa ciudad W.P.B hace dos meses, y tú relato me trasladó de manera inmediata al lugar, sobretodo con el comentario que hiciste acerca de la población que allí habita, donde quiera que iba la mayoría eran personas mayores, pero te cuento que si me tocara vivir en la Florida, ese fuese uno de mis lugares preferidos, ya que Miami, no lo soporto para nada!.

Un saludo, y muy interesante tú blog.

Sandra Pelletier