lunes, julio 27, 2009

Sarkozy, cuando la salud del presidente es secreto de Estado


Francia se conoce históricamente como el país de la libertad, la igualdad y la fraternidad, los lemas de la revolución francesa que han perdurado hasta hoy día. Sin embargo, si hay un área en el que Francia ha reprobado es en lo atinente a informar a sus ciudadanos sobre la salud de los presidentes de la V República francesa, en donde se maneja, en ocasiones, como un secreto de Estado.

Ayer, con el internamiento del presidente Nicolas Sarkozy a consecuencia de un desmayo mientras hacía ejercicios, causado por la fatiga y el cansacio, una vez más ha vuelto el tema al debate público. Afortunadamente, hoy ya fue dado de alta del hospital. Pero, resulta que Sarkozy durante su campaña, prometió que haría público su record médico, promesa que se mantiene incumplida.

Este comportamiento de Sarkozy no es nada nuevo. Ha sido la trayectoria que han seguido los últimos presidentes de Francia: Charles de Gaulle, Georges Pompidou, Valery Giscard d'Estaing, François Miterrand y Jacques Chirac. Todos estos presidentes, líderes de extraordinaria visión, padecieron serios problemas de salud mientras estaban en el poder, y sin embargo, los ciudadanos franceses se enteraron, excepto honrosas excepciones, ya cuando los presidentes habían dejado sus funciones públicas.

Un país, como Francia, que es ejemplo de transparencia, todavía mantiene este velo de misterio sobre un aspecto que es fundamental para toda democracia: Los ciudadanos tienen el derecho de saber sobre el estado de salud de quien dirige los destinos del país. Esto se entendería en países que tienen regímenes totalitarios, como Corea del Norte, en donde pasan meses y días sin que se sepa nada sobre la salud del presidente de ese país. Un contraste muy marcado con lo que sucede en Estados Unidos en donde el informe de salud del presidente de Estados Unidos se publica periódicamente.

Con lo ocurrido ayer al presidente Sarkozy, Francia tiene una nueva oportunidad para romper con el pasado, y hacer efectivamente realidad este derecho ciudadano a la información sobre el estado de salud de sus presidentes.

1 comentario:

Albert Medrán dijo...

Quizás la explicación debamos encontrarla en el lugar casi sagrado que ocupa la presidencia en el imaginario colectivo, más próxima a un monarca que al presidente de una república...