sábado, octubre 03, 2009

La política de los Juegos Olímpicos



Durante el día de ayer, através de twitter, sostuve un intercambio sobre las razones por las cuales Río de Janeiro fue seleccionada como la ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos de 2016. Mi análisis partió de lo siguiente: La política del Comité Olímpico Internacional es distinta a la llamada "real politik". Ni Obama es culpable de la derrota de Chicago, ni Zapatero de la derrota de Madrid. Es cierto que la presencia de la pareja presidencial de Estados Unidos ante el Comité Olímpico Internacional, por primera vez en toda su historia, imprimió una vinculación personal con la candidatura de Chicago, pero no se puede responsabilizar a Obama de que Chicago no fuese la ciudad elegida.

Chicago no pasó de la primera ronda, por dos razones: No tiene infraestructura para albergar unos Juegos Olímpicos, y pesa mucho la recesión económica que está viviendo Estados Unidos. Por su parte, Madrid, que hizo una excelente presentación, está muy cerca de Londres que será la sede de los Juegos Olímpicos de 2012, por lo que no podía ganar. Y Tokio, le pasaba lo mismo, por su cercanía con Beijing, sede de los Juegos Olímpicos del 2012, por lo que también fue descartada.

Todo lo cual hizo que el Comité Olímpico Internacional mirara hacia el Sur, hacia Río de Janeiro, hacia Brasil, hacia América del Sur, continente que nunca había celebrado Juegos Olímpicos. Esto tuvo un peso enorme en la decisión, y por otra parte, la extraordinaria planificación estratégica de Brasil, totalmente incluyente, en adición al crecimiento económico que ha tenido Brasil, sin lugar a dudas. El presidente Lula le informó al presidente Obama, en la Cumbre de G20 celebrada en Pittsburgh, que asistiría a Copenhague a la presentación de la candidatura de Río, y según informó a la prensa, le dijo a Obama que sino venía a la cita, Río le iba a ganar. Obama, al parecer le dijo inicialmente que asistiría su esposa, pero finalmente se decidió, y asistió. Y Lula, triunfó, por la pasión que impregnó a su presentación. Pero más que el político, ha triunfado la visión de un país, como Brasil, que admiro y que es mi segunda casa.

El discurso de Lula, aunque en portugués, se entiende perfectamente para quien habla español. Disfruténlo.

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