martes, octubre 13, 2009

Vivo para contarlo


Hay hechos que suceden en la vida real que parecen formar parte de un guión de película de ciencia ficción, por lo difícil que es comprender que sean reales. Es increíble creer que, en pleno Siglo XXI, en Estados Unidos de América, un preso condenado a la pena de muerte, Romell Broom, sobrevivió 18 pinchazos letales en el momento de su ejecución en el Estado de Ohio, el pasado 15 de septiembre. Les recomiendo leer esta noticia para comprender hasta dónde una persona es capaz de soportar sufrimiento y dolor con impotencia, al margen de lo terrible que haya sido el crimen cometido. No desearía que nadie viviera esa dramática experiencia que es también otro tipo de tortura.

Su ejecución ha sido suspendida hasta el momento luego del escándalo. Solo otro recluso en el año 1972 le había pasado lo mismo en el famoso corredor de la muerte. Por situaciones como ésta, es que estoy en contra de la pena de muerte. La justicia está para sancionar, no para matar ni para humillar a quienes tienen el derecho de rectificar sus conductas.

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