sábado, marzo 13, 2010

Oscar de la Renta, orgullo nacional



Haciendo una pausa en la campaña electoral, ayer viajé desde Santiago a Punta Cana, para almorzar con Oscar de la Renta, en su hermosa casa frente al mar, que dicho sea de paso, estaba espectacular. Con don Oscar, mi familia siempre ha tenido una relación afectiva que data desde los años en que mi padre fue presidente de la República Dominicana (1982-1986), especialmente con mi madre con quien él desarrolló una amistad muy especial.

Recuerdo que cuando mis padres fueron recibidos en la Casa Blanca, en lo que hasta ahora ha sido la única visita de Estado por parte de un presidente dominicano a Estados Unidos de América, don Oscar le diseñó el vestido que ella exhibió durante la cena que ofreció el entonces presidente Ronald Reagan. Ayer volvimos a recordar estos momentos.También, rememoramos otras anécdotas. La verdad es que don Oscar es un libro de memorias.

Don Oscar tiene un fino olfato político. Al igual que los dominicanos de buena voluntad, está preocupado por el presente y el futuro del país, especialmente sobre el impacto de Haití en nuestro territorio. Tiene excelente relaciones con el "establishment" norteamericano, y sin lugar a dudas, es nuestro mejor Embajador.Tuve ayer la ocasión de conocer a la hermana del presidente John F. Kennedy, Jane Kennedy, quien lleva la política en la sangre.

Pasé un momento muy agradable en Punta Cana, y ya en horas de la tarde, estaba en Santiago en campaña.

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