martes, agosto 17, 2010

Los excepcionales

El servicio público es sacrificio. Es también tener la humildad necesaria para saber que, a pesar del ejercicio de la función pública, eres un ciudadano, un ser humano, de carne y hueso. El poder ciega, y muy pocos son capaces de colocarse por encima del conjunto de privilegios que el servicio público ofrece. Ser Ministro o Secretario de Estado es tener la oportunidad de hacer políticas públicas, pero también de hacer relaciones en el extranjero, de tener un vehículo con escolta, e incluso, hasta aviones o helicópteros. Probablemente, alguna membresía de un club social. Por eso, cuando leo noticias de funcionarios públicas que se salen de lo común, de lo ordinario, que son conscientes de sus responsabilidades y de sus límites, de la temporalidad del cargo, los clasifico como seres excepcionales. Son tan respetuosos que no colocan presión al presidente respecto a su permanencia en el cargo. Robert Gates, Secretario de Defensa de los Estados Unidos de América, es uno de ellos. Un ser excepcional.

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