sábado, octubre 23, 2010

Democratizar el FMI

La noticia de que, en la reunión de los Ministros de Finanzas del G-20, ha surgido el acuerdo de ceder dos puestos en el Directorio del Fondo Monetario Internacional a los países emergentes, merece ser celebrada. Es un reconocimiento de que la realidad de la economía global implica que los dictados no pueden sólo seguir siendo impuestos por la Unión Europea y Estados Unidos de América.

Hasta el día de hoy, la composición del voto en el FMI es la siguiente: Unión Europea, 32%; Estados Unidos, 17%; China, 4%; Rusia, 2.49%; India, 2.44; Brasil, 1.78; y Corea del Sur, 1.41%. El desequilibrio es evidente.

Preciso es resaltar que quien se ha sacrificado ha sido la Unión Europea, que ha cedido dos de los nueve asientos que tiene en el Directorio. Aún no está claro cuáles de los 27 miembros de la Unión Europea cederán sus derechos, como tampoco está claro, cuales de los países emergentes ocuparán esos dos puestos.

Lo que sí es evidente es que la democracia está entrando al FMI, al igual que al Banco Mundial. Desde los acuerdos de Bretton Woods de 1944, la realidad geopolítica ha cambiado y el peso de los actores firmantes ya no es el mismo. Poco a poco, con paciencia, la voz de los que no tienen voz se escuchará en estos organismos rectores de la economía mundial.

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