martes, noviembre 09, 2010

Fair Game o la furia de los halcones

Lo que el presidente George W. Bush y los halcones de la Casa Blanca le dijeron al mundo fue que había que invadir Irak debido a que Saddam Hussein estaba construyendo armas nucleares, lo cual estaba soportado, en reportes de inteligencia, en el sentido de que Hussein había comprado 500 toneladas de uranio en Nigeria. Lo dijo en la reunión conjunta del Congreso, luego del 11 de septiembre de 2001. Lo dijo Collin Powell en aquella sesión del Consejo de Seguridad. Todo resultó ser falso. Joe Wilson, un ex-Embajador a quien la Casa Blanca le asignó la misión de ir a Nigeria e investigar, dijo públicamente que el gobierno americano había inventando esas supuestas pruebas, lo cual, como era de esperarse, desató la furia de los halcones. Las estructuras de poder temblaron. Y la respuesta no se hizo esperar. Los halcones iniciaron una campaña de descrédito de su esposa, Valerie Plame, quien era agente de la CIA, para descalificar la opinión de Wilson. Todo un escándalo al mejor estilo de Washington. Es lo que ha retratado Fair Game, la película que hay que ver para conocer las interioridades del poder. Un interesante artículo del Washington Post, aquí.

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