domingo, diciembre 12, 2010

1926, la familia


Mi padre nació en 1926, en Santiago, República Dominicana. Sus padres eran Pedro María Jorge y Dilia Blanco. Mi abuelo fue comerciante. Mi abuela dirigía el hogar. Pocos conocen que mi abuelo tuvo una industria licorera (que llegó a fabricar el "Cognac Jorge"), la cual tuvo que ser vendida luego por sugerencia de mi padre a otra importante empresa licorera, en un momento muy difícil. Con el producto de esa venta, mi padre le recomendó a mi abuelo que hiciera una inversión en las empresas Leon Jimenes, participación que se ha mantenido desde la década de los cincuenta hasta estos días. Mi abuela "Mama Limbert", como le decíamos sus nietos, era una mujer de trabajo, muy educada. Mi padre me contó que ella era muy amiga de doña Trini de Moya, la esposa de Horacio Vásquez, quien fue presidente de la República. Doña Trini, quien vivía en Tamboril, de donde es oriunda mi abuela, fue la autora del himno de las madres. En su casa, mi abuela escuchó las primera notas de unas de las canciones más bellas y hermosas de la humanidad.

Sus hermanos eran Pedro Jorge Blanco, uno de los mejores patólogos del país (incluso, el Laboratorio Pedro Jorge Blanco es una institución reconocida actualmente en todo el país), y Lidilia Jorge Blanco, quien tuvo experiencia en el mundo de las artes y de la música. Tía Lidilia tocaba el piano, tío perucho el violín y mi padre el cello. Una familia corta, pero cargada de los valores que integran la honestidad, el trabajo y la unión. De los tres, el único que se dedicó a la política fue mi padre. Siempre recibió el apoyo de sus padres y de su familia, particularmente en sus estudios. Mi abuelo hizo muchos sacrificios para que mi padre estudiara el doctorado en derecho en Madrid en 1952, una época de crisis y de mucha austeridad en España y aquí.

Mi abuelo nunca pudo ver a su hijo como presidente, pues falleció a inicios de 1982. Sin embargo, mi abuela sí pudo verlo, aunque nunca visitó el Palacio Nacional, ni sus hermanos tampoco, lo cual revela el desapego al poder, característica excepcional en estos tiempos. Cuando mi abuela falleció, mi padre no pudo estar presente, pues él se encontraba en Atlanta, Georgia, en 1988, bajo prescripción médica. Fue un día muy triste, en el que sintió la impotencia de no poder estar a su lado, y le escribió una carta la cual conservo. Mi padre siempre nos ha hecho anécdotas de mis abuelos, de su integridad, y de sus sentimientos por la democracia. Mis abuelos nunca apoyaron a la dictadura. Fueron amigos de Juan Bosch y de Peña Gómez, y de toda una generación de políticos.

Ese fue el hogar que vió nacer, crecer y desarrollar a mi padre, quien hoy cumple veintitrés (23) días en estado de coma profundo, luchando por su vida misma. Cuántos recuerdos.

Nota sobre la foto: Mi abuela, Dilia Blanco, cariñosamente "Mama Limbert", con su hijo, Salvador Jorge Blanco, mi padre, en un estudio fotográfico.

1 comentario:

Freddy Belliard dijo...

Orlando, me emociona mucho ver a doña Limbert en esta foto. Recuerdo perfectamente, los paseos dominicales que mi papá le daba (yo siempre le acompañaba) al final de su vida. Es increíble que yo me acuerde tan vivamente de una época comprendida entre mis 6 y 9 años. Tu tío Perucho y su esposa fueron padrinos de mi hermana menor (Virginia)... También recuerdo las visitas que hacíamos a la cárcel preventiva del ensanche La Fe.
Recuerdo una vez que tu y Dilia Leticia fueron a mi casa...
Son emotivos tantos recuerdos.
Te he admirado como político y ahora como hijo.
Sigue adelante y nunca permitas que el medio en que te desenvuelves (la política dominicana) atente contra la integridad probada de tu familia y tuya, las cuales conozco muy bien.
Un abrazo desde España,

Freddy Belliard (hijo)