sábado, diciembre 04, 2010

1972, Los totumeros


Ese era el nombre que mi padre le puso al equipo infantil de beísbol que teníamos en Santiago. Estaba integrado por mis primos y los vecinos de la Ave Estrella Sadhalá. Jugábamos en el patio de mi casa, que estaba muy por encima del nivel de la calle, y por esa razón, era una especie de totuma o "chichón". Tengo gratos recuerdos de muchas pelotas de beísbol que caían en la calle, y que a veces golpeaban a los vehículos que transitaban, y como niños, al fin, salíamos corriendo cuando el conductor de un vehículo iba a mi casa a reclamar. Era recibido por mi padre, quien nos daba nuestra respectiva reprimenda. Momentos inolvidables.

Todos los domingos nos levantábamos a las cinco de la madrugada, para llegar primero al Monumento, y "tomar" el play, que estaba donde está ahora construido el Gran Teatro Cibao. Quienes llegaban primero al play, eran los primeros en jugar. Ahí iban niños de La Joya, de Los Pepines y de Pueblo Nuevo, contra quienes jugábamos, sin mayores formalidades. Eran juegos de puro entretenimiento. Luego terminábamos en los famosos "paragüitas", tomando refrescos.

Mi padre le gusta el beísbol. Lo ha seguido siempre. Es fanático de Las Aguilas Cibaeñas. Recuerdo que a principios de la década de los setenta, yo iba al estadio uniformado con el No. 1 de Miguel Diloné. Muchos años después, le comenté esto a Diloné, a quien admiro y respeto.

Muy pocos saben que mi padre fue jardinero derecho del equipo de softball "Los Leguleyos", que era un equipo integrado por abogados de Santiago, y que se reunían semanalmente para entretenerse en medio de sus actividades profesionales. Don Cuqui Córdova, su amigo de siempre, ha escrito sobre esto.

El viernes 19 de noviembre de 2010, el día antes de ocurrir el accidente que lo mantiene luchando entre la vida y la muerte, hablamos sobre beísbol. Estaba entusiasmado. Quería ir el sábado para Santiago, lo cual se quedó solo en palabras. Hoy mi padre cumple quince días en estado de coma profundo. La pelota y también la política son parte de su historia.

Nota sobre la foto: Es una foto del 1985, muy característica. Mi padre siempre usaba las manos como recurso de oratoria. Esas manos que están hoy luchando por vivir, son las mismas que afortunadamente vencieron muchas adversidades. Son las mismas que diariamente tocamos en señal de respeto y de admiración.

1 comentario:

Dilia L. Jorge Mera dijo...

Yo recuerdo que cuando jugábamos pelota en nuestra casa en Santiago, yo era la catcher. Y también la madrina. jajajajajaja cuántos recuerdos.