lunes, abril 25, 2011

Victor Villegas, in memoriam

Comparto con ustedes mi palabras pronunciadas en las honras fúnebres de Víctor Villegas:

En nombre de la familia de don Víctor Villegas, agradezco todas las expresiones de solidaridad que hemos recibido durante estos momentos difíciles.

Si pudiera con una sola palabra describir lo que fue don Víctor, diría que fue un padre, que prohijaba amor para todos, y siempre con una sonrisa que permanecerá marcada para siempre. Íntegro, honesto, trabajador, con una formación intelectual y académica excepcional. Tenía también convicciones políticas, que fueron reflejadas en su lucha contra la dictadura. Era un demócrata que quería un mejor país con más oportunidades. Era, también, solidario, virtud poco común en la sociedad moderna. Amigo de los amigos, aún en las adversidades.

Tenía una extraordinaria creatividad que, en su vida diaria, era muy fina la raya que separaba la ficción de la realidad. Fue protagonista, en su extraordinaria imaginación, de enfrentamientos contra tiburones, serpientes y hasta vió unos conejos gigantes y unos elefantes enanos que existían en San Pedro de Macorís, su ciudad natal, en donde nació en el mar, de la boca de una ballena. Decía que, en una época llegó a ver la nieve en República Dominicana. Oír su relato de cuándo el reloj de Montecristi tuvo una avería que trastornó la vida de los montecristeños era transitar por esa mente brillante de don Víctor, en quién los sentidos llegaban más lejos que los de cualquier persona ordinaria llegando a afirmar que las primeras sinfonías las escuchó de los árboles petromacorisanos.

Fue tan noble en su vida, que, a pesar del dolor provocado por la voracidad de la enfermedad que padecía, nunca tuvo una expresión de dolor ni de queja. Al contrario, lo tomaba con ese alto sentido del humor que siempre le caracterizaba.

Extrañaré los cafés que me tomaba en su casa. Siempre le decía que éste era el mejor café del mundo, por que cada encuentro era una enseñanza, una historia, un cuento, una lectura, una lección, una sonrisa.

En su despacho en la oficina, hay un reportaje que le hicieron en una ocasión, y que fue titulado: “Victor Villegas, el poeta que habla con Dios”. Desde el sábado pasado, don Víctor está con Dios, en la felicidad eterna, por lo que hoy, más que el duelo, invitamos al homenaje sobre su vida.

Hoy, don Víctor, el hombre, se ha ido, y eso hace que este mundo sea un lugar más vacío, pero siempre pervivirá en las páginas de sus obras y, a través de su legado, permanecerá tan vivo hoy y mañana como cuando se tomaba un café en El Conde.

Hasta siempre, don Víctor Villegas. Descanse en paz.

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