Teníamos razón

El discurso de anoche del presidente Leonel Fernández fue un reconocimiento del error que cometió al imponer la tercera reforma tributaria en el mes de diciembre, con lo cual nos dió la razón (al PRD) cuando dijimos que esa reforma tributaria no era necesaria, pues el gobierno tendría, como en efecto, tiene ingresos suficientes como consecuencia de las mejoras en el cobro de los impuestos.

Además, demostró su excesiva voracidad fiscal. El presidente Fernández no tuvo el menor rubor en cargar con más impuestos a sectores claves de la economía nacional, para luego, de darse cuenta del error cometido, rectificar.

Las medidas anunciadas anoche, de reducción de los impuestos de las bebidas alcohólicas y del impuesto sobre la renta, son solo una parte muy parcial de lo que el pueblo dominicano estuvo esperando anoche. El presidente Fernández se hubiera engrandecido si hubiese anunciado una reducción de los impuestos de los combustibles, cuyos precios son una carga que a la mayoría de los dominicanos, le es difícil soportar.

Por otra parte, con respecto a la posposición de la entrada en vigencia del seguro familiar del salud, que estaba previsto para el 1 de junio, el presidente Fernández reconoció que, por falta de voluntad política, no pudo lograr esta meta. En otras palabras, desmintió lo que todos los funcionarios del área de seguridad social estuvieron desde enero diciendo en el sentido de que todo estaba listo para la entrada en vigencia de este importante instrumento. Ahora resulta que no era cierto, puesto que es, a partir de anoche, que se va a hacer todo lo que había que hacer desde el mes de enero, con el mismo equipo de funcionarios que fracasó en este objetivo. Crónica de un resultado anunciado.

Todo esto nos evidencia que el PRD y nuestro Candidato Presidencial, Miguel Vargas, siempre tuvieron la razón. Debemos continuar observando todo este proceso, haciendo propuestas, con la verdad en la mano. En definitiva, ya el pueblo dominicano ha comenzado a ver que este gobierno, con el preisdente Fernández a la cabeza, es de poses, de muchas palabras y de carencia de acciones que beneficien a la mayoría de los dominicanos.