Ha resultado novedoso el debate en distintos niveles de la opinión pública sobre la penetración del narcotráfico en la política dominicana. Es un debate que nos debe interesar, sobre todo a quienes estamos en la política. Y la preocupación legítima que tienen amplios sectores de la vida nacional es muy válida.
Hay cuantiosos recursos económicos que se exhiben en algunas provincias y municipios del país, de dudosa procedencia. En mis recorridos que he hecho por casi todo el territorio nacional, eso es lo que he palpado, con la consabida preocupación de quienes ejercen la política con honestidad y con responsabilidad de que si las autoridades no toman acciones oportunas y contundentes, la situación se irá agravando.
Satisface por lo tanto la opinión del Presidente de la JCE en el sentido de que se redoblarán y reforzarán los requerimientos de los candidatos. Sin embargo, hay que tomar medidas más contundentes, si queremos evitar que nuestro país se convierta en una especie de Colombia o de México, con el debido respeto que me merecen los ciudadanos de ambos países hermanos.
Las autoridades correspondientes, especialmente las del Poder Ejecutivo, no deben quedarse en el enunciando general de que “hay candidatos que son patrocinados por el narcotráfico”, pues con estas palabras se afecta al conjunto de quienes están en la vida política. Las autoridades deben indicar con nombres y apellidos quienes están siendo financiados por esta fuente ilícita que es el narcotráfico, sin discriminar a nadie, sea del gobierno o de la oposición.
Con ello, se haría el más importante servicio que, en los últimos años, se haya hecho para el fortalecimiento de la democracia dominicana.
Nota: Por considerarlo de interés, he adelantado en esta entrada el contenido de mi columna sabatina que saldrá publicada mañana en El Nacional.
viernes, octubre 30, 2009
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