Hoy he visto The Fighter, la película sobre la historia del boxeador Micky Ward y su carrera en la década de los ochenta y los noventa. Se trata, como es de suponerse, de una película sobre boxeo, pero no tanto sobre el deporte en sí, sino sobre el drama de quienes practican el mismo. Es, por lo tanto, una película que combina el amor, el drama familiar, una complicada y cercana relación de amistad, el orgullo de una familia y, efectivamente, el boxeo.
Micky Ward (interpretado por Mark Wahlberg) vive en Lowell, Massachusetts, una ciudad industrial a la que la globalización le ha pasado por encima, por lo que se aprecia, durante la película, el duro esfuerzo y trabajo de su gente para sobrevivir. Ward tiene una madre extremedamente autoritaria, Alice (interpretada por Melissa Leo) y tiene un hermano de madre, Dicky Eklund (intepretado por Christian Bale), que también fue boxeador. Tanto su madre como Dicky quieren manejar la carrera profesional de Ward, al extremo de que su madre prefiere a Dicky sobre Micky, por lo que le buscan peleas en las que Micky no resultará ganador. A todo esto, Micky tiene siete hermanas que viven con su madre. Una familia muy, pero muy particular. Encima de todo, Dicky es consumidor de crack, lo cual lo lleva a la cárcel.
Hay una escena en donde Dicky es detenido por la policía, y Micky sale en su defensa. En esa escena, un policía le rompe la mano derecha de Micky, que era prácticamente su única esperanza para boxear. Luego, Micky se repone, y enfrentando un verdadero drama familiar, se recupera, regresa al ring, y logra convertirse en campeón mundial de su peso, devolviendo a su familia y a sí mismo, el orgullo herido. La presencia de Charlene (intepretada por Amy Adams) en la vida de Micky fue fundamental, así como su estrecha relación con Dicky.
Después de Million Dollar Baby, The Fighter es la película que entra en ese tipo de categoría. Christian Bale lo hace con maestría y excelencia en esta película al interpretar a Dicky. Y Mark Wahlberg lo hace excepcionalmente bien, al ser el protagonista de la película, pero lo hace con humildad, con tranquilidad, haciendo lo que tiene que hacer.
Personalmente, la película me recordó a mi padre, Salvador Jorge Blanco, y a mi tío, Pedro Jorge Blanco, ambos amantes del boxeo. Les habría encantado ver The Fighter.
domingo, febrero 13, 2011
'The Fighter', el orgullo herido
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