El mejor reconocimiento que recibe un profesor es cuando sus alumnos practican y predican sus enseñanzas. Hay profesores que son mentes brillantes, que, sus clases tienen un valor agregado indispensable. No solo cumplen su deber de enseñar la materia para la cual han sido contratados, sino que educan sobre los valores esenciales y necesarios para poder desenvolverse en la sociedad. Hacía tiempo que no leía un homenaje, tan conmovedor, hecho a un profesor por un alumno: Al maestro Egbert C. Morrison, con cariño, escrito por René Fortunato, y publicado en Suplemento Areíto, del periódico Hoy.
Fortunato cita unas palabras del empresario José Luis (Pepín) Corripio, que me permito reproducir:
"El Profesor Morrison fue profesor mío a partir del año 1941. Tenía yo seis años y vivíamos en los altos de la Avenida Mella esquina Santomé. Todo lo que sé de inglés se lo debo a él. Lo cierto es que él no cobró una parte de las clases que me dió, que no era inglés, sino ética, responsabilidad, cumplimiento, puntualidad, desprendimiento. Todo eso lo aprendí yo con el Profesor Morrison durante los diez años que me dió clases".
¡Cuántos Egbert C. Morrison hacen falta hoy día en la educación dominicana!
Con respeto y admiración a sus hijos, Ramón, Heriberto y Mateo Morrison.
lunes, abril 11, 2011
Egbert C. Morrison, el profesor de inglés
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1 comentario:
Orlando, te agradezco profundamente en nombre de mi padre, mis tios, mis hermanos, mis primos y todos los relacionados a la familia Morrison.
Abrazos
Milton Morrison
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