martes, abril 19, 2011

Sucesión política en Cuba


Ha concluido la hora cero en Cuba. No hubo sobresaltos, ni renovaciones radicales. La nota más destacada del VI Congreso del Partido Comunista Cubano ha sido que, por primera vez desde 1959, alguien que no se apellida Castro, José Ramón Machado (quien combatió junto a Fidel Castro en la revolución) ocupa el puesto de Segundo Secretario, el No. 2, del partido. Como era de esperarse, el puesto No.1, el de Secretario General, lo ha sido para Raúl Castro, quien por demás es presidente de Cuba, "por sus méritos, trayectoria, fidelidad al pueblo, al partido y a Fidel", y porque "garantiza la continuidad de la revolución", así lo ha expresado quien ha anunciado ambas designaciones.

Que nadie tenga dudas: "Asumo el puesto para defender, preservar y continuar perfeccionando el socialismo, y nunca permitir el retorno del capitalismo", ha dicho Raúl Castro. A pesar de la retórica, el Congreso ha aprobado más de 300 modificaciones, que deberán ser convertidas en ley por la Asamblea Nacional, y que revelan una profunda reforma al régimen:

Descentralización; autogestión empresarial; estímulo a la iniciativa privada y al trabajo por cuenta propia, aunque con límites; reducción de los gastos sociales - la libreta de racionamiento desaparecerá paulatinamente - y drástico ajuste del empleo estatal, aunque con plazos flexibles.

Cuba inicia a partir de hoy una larga y compleja sucesión política. Un tanto diferente a lo que sucede en otras naciones, como España, en donde matar al padre es la tradición. Fidel Castro es ahora el símbolo de la revolución. Su poder es obvio, aunque no es formal. El Jefe de Estado y de Gobierno, y del partido, es Raúl Castro. José Ramón Machado es el segundo secretario del partido. Hace menos de diez años era impensable ver esto. Al Comité Central y al Politburó se han incorporado jóvenes, aunque no con la presencia que originalmente se pensaba. Todavía la vieja guardia no está dispuesta a ceder posiciones, ni que se produzca la glásnost. Pero, la realidad, poco a poco, se va imponiendo, con la paciencia y la resistencia del hermano pueblo cubano.

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