El dedo sobre la llaga

Desde que el gobierno del presidente Leonel Fernández comenzó a dar las cifras sobre el crecimiento económico, siempre dijimos, como partido de oposición, que esos datos del crecimiento no se correspondían con la realidad que viven la mayoría del pueblo dominicano, que reclama una mejor y justa distribución de la riqueza extraordinaria que tiene la Republica Dominicana.

Esto es lo que el Padre Jose Luis Alemán le ha llamado la paradoja de la economía dominicana. Hay crecimiento, aceptando las cifras del gobierno, pero también hay pobreza extrema, la cual ha salido, como brotada del mismo corazón de la tierra, a raíz de la Tormenta Noel.

La pasada semana, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha emitido su primer reporte sobre la economía de América Latina, el cual ha enviado el siguiente mensaje: “Hay que aprovechar el tren de la bonanza macroeconómica repartiendo riqueza, porque perderlo puede tener graves consecuencias para el mismo sistema democrático”.

El informe contiene varias encuestas y una de ellas atrajo mi atención: Apenas el 21% de los ciudadanos de Latinoamérica cree que los impuestos son bien empleados por sus respectivos Gobiernos. Por eso, el informe advierte que “el gasto publico tiene que ser eficiente y debe contribuir a crear legitimidad democrática en una región donde los altos niveles de pobreza y la desigualdad encabezan las listas de necesidades”.

Es la misma visión que hemos estado exponiendo en los últimos tiempos. Necesitamos un gobierno eficiente, austero, y que profundice la cohesión social en áreas tan importantes como la educación, la salud, la alimentación, la vivienda, el empleo, la seguridad ciudadana y los servicios públicos. Que su epicentro sea la gente, el ciudadano.

Justamente lo diferente a lo que ha significado el mandato del presidente Leonel Fernández. Definitivamente, la OCDE pone el dedo sobre la llaga.