domingo, octubre 19, 2008

¿Yo, el Rey?



En la República Dominicana, al igual que en el resto de las democracias representativas, la soberanía reside en el pueblo, en los ciudadanos, en la gente. El “We, the people”, que genialmente describe este poder soberano en la Constitución de Estados Unidos de América, esta consignado, con otros términos en el Articulo 2 de la Constitución dominicana:

La soberanía nacional corresponde al pueblo, de quienes emanan todos los poderes del Estado, las cuales se ejercen por representación.


Si alguien tiene duda de que el anteproyecto de reforma constitucional sometido por el presidente Leonel Fernández al Congreso Nacional se trata de una nueva Constitución, que quiebra el actual sistema constitucional, basta con leer la propuesta contenida en el articulo 102 sobre la definición del Presidente de la República.

Veamos:

El Artículo 55 de la Constitución de la Republica, texto actual, dispone lo siguiente:

El Presidente de la República es el Jefe de la Administración Pública y el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas de la Republica y de los cuerpos policiales.


El Artículo 105 propuesto por la Comisión de Juristas, como resultado de la Consulta Popular sugirió el siguiente texto:

El Poder Ejecutivo es ejercido en nombre del pueblo por el Presidente o Presidenta de la República, en su condición de Jefe de Estado y de Gobierno.


Sin embargo, el Artículo 102 que finalmente llegó al Congreso Nacional, propuesto por el Presidente Fernández, dice lo siguiente:

El Poder Ejecutivo es ejercido en nombre del pueblo por el Presidente de la República, símbolo de la unidad nacional y de la permanencia del Estado.


Intrigado por este cambio, y como el gobierno contrató los servicios de Consultores Jurídicos españoles, leí la Constitución española de 1978, y me encontré con el Artículo 56 de la Constitución española de 1978, que dispone:

El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado Español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las Leyes.


Hay una sola y clara diferencia entre España y República Dominicana. España es una monarquía constitucional. Nuestro país es una democracia representativa.

Una evidencia más de que la propuesta del presidente Fernández retrotraería al país a 45 años atrás, con una nueva Constitución que quebraría la estable democracia que, con altas y bajas, hemos tenido y que podemos definitivamente mejorar en este Siglo 21. Pero, lo haremos, con un Presidente de la República que rinda cuentas, y que se someta a los contrapesos de los Poderes del Estado, no que esté por encima de ellos.

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