sábado, mayo 30, 2009

30 de mayo de 1961, la luz de la democracia


Hoy se cumplen 48 años del tiranicidio que marcó el fin de una de las dictaduras mas perversas, sangrientas y corruptas de América, gracias a la valiente decisión de un puñado de hombres reconocidos hoy como los Héroes del 30 de mayo.

Desde 1961 al 2009, la democracia dominicana no es perfecta. Al contrario queda mucho por hacer para fortalecer nuestras instituciones, e impulsar aún más nuestro desarrollo político, económico y social. Pero, en estos 48 años, con nuestras altas y bajas, respiramos la libertad que aquél dictador encerró por treinta años. Mientras vida tengamos, y particularmente las generaciones futuras, siempre debemos honrar y recordar la memoria de Antonio de la Maza, Juan Tomás Díaz, Modesto Díaz, Mario de la Maza, Pablo de la Maza, Bolívar de la Maza, Eduardo García Vásquez, Miguel Angel Báez Díaz, Luis Manuel Cáceres (Tunti), Roberto Pastoriza, Huáscar Tejeda, Teniente Amado García Guerrero, Salvador Estrella Sadhalá, Pedro Livio Cedeño, Luis Amiama Tió, Severo Cabral y Antonio Imbert Barreras, único superviviente.

Es nuestro compromiso, como dominicano, que nunca jamás se repita en la República Dominicana el asomo de regímenes dictatoriales ni continuistas ni mesianistas, en memoria de los mártires que cayeron en la dictadura. ¡Loor a los Héroes del 30 de Mayo!

1 comentario:

Darío Martínez Batlle dijo...

Es increíble pensar cómo hay más dominicanos que cuando mencionan a Trujillo lo hacen añorando que viviéramos en bajo la "mano dura, porque eso es lo que hace falta en este país".

Yo siempre he reculado al escuchar a alguien expresarse de esa manera, pero usualmente han sido personas mayores, que ciertamente vivieron en esos años y a quienes con toda seguridad la memoria les ha jugado un ejercicio de beatificación sobre Trujillo.

Yo trabajé junto a un importante historiador dominicano y tuve la tarea de digitar 13 libros de su casa editora. Digitar un texto es una tarea más enriquecedora que leerlo, porque automáticamente duplica o triplica cada frase en la mente, y con ello la "huella" queda mucho más marcada.

Fruto de esa experiencia, me queda sumamente claro que no necesito vivir en una dictadura para saber que no la quiero y que moriría para derrocarla si llegara a pasar.

Lo que más me preocupa, Orlando, es que la juventud de nuestro país no tiene identidad alguna. No se aferra a ningún ideal que no sea un reguettonero o un pelotero con o sin esteroides. Los (hoy viejos) que formaron los movimientos de resistencia como el 1J4 y otros que combatieron a sangre, eran muchachos, todos mucho menores que tú o que yo hoy día. Pero tenían ideales CLAROS y DEFINIDOS. En nuestra sociedad la corrupción ha hecho metástasis y "cualquiera con dos dedos de frente" ve el Estado como algo más rentable que ganarse la Lotto, y si no, sus ideales son irse a Nueva York o España y regresar llenos de blin-blines.

¿A dónde iría a parar nuestro país si por cualquier razón cayésemos en una dictadura? ¿Cuáles serían las manos que se levantarían en ideologías, armas y voluntades para restablecer la democracia?

Me cuesta pensar que los fanáticos de Omega, Vakeró, Julián Oro Duro y toda la caterva de "artistas" de estos días estén dispuestos a sacrificarse por este país.

¿Sabes por qué? No creo que sea solamente por ser devotos de esos idiotizantes ídolos de barro. Yo creo que la ausencia de emoción en la juventud actual y los adultos jóvenes como nosotros se debe a que carecemos de motivación para querer hacer mejor este país.

Orlando, por tu trayectoria y tu posición actual, es obvio que tú te sales del contexto que señalo, pero... ¿cuántos más como tú hay? ¿Cuál es la reserva de nuestro país en ideales e idealistas, en moral y moralidad? Yo no te considero una mala persona, por el contrario siento una genuina admiración por ti. Pero... cuando te lances en la carrera por la presidencia del país (obvio que tienes que hacerlo, si no es así, estás viviendo en balde), ¿de qué gente te vas a apoyar? ¿Con cuántas personas moralmente intachables cuentas?

Trujillo está bien muerto. Yo sólo me temo que un nuevo Trujillo podría surgir con relativa facilidad en un país donde los serios están viejos y muchos manchados, y los jóvenes están más interesados en vagabundear al ritmo del mambo de calle que esté de moda.

Loor a los que acabaron con la lacra llamada Rafael Leonidas Trujillo. ¡Que Dios nos ayude a nunca necesitar de tal heroísmo, porque realmente estaríamos condenados a una dictadura eterna!