sábado, mayo 29, 2010

Un detalle del debate Kennedy - Nixon

El primer debate presidencial televisado en Estados Unidos de América fue el protagonizado por John F. Kennedy y Richard Nixon en 1960. Ha sido un debate muy analizado desde todos los puntos de vistas. La mayoría de los analistas apuntan al triunfo de Kennedy sobre Nixon, cuya imagen se vió muy deteriorada en los televisores.



Lo que no es tan conocido es lo que sucedió después del debate, relatado en el libro Presidential Debates: Fifty years of high risk TV. Jacqueline Kennedy, que estaba en su segundo embarazo, decidió celebrar un encuentro público con la prensa e invitados en su casa para ver el debate, mientras que Pat Nixon decidió quedarse en su casa a ver el debate. Mientras la esposa de Kennedy aprovechó el momento para reunirse con amistades y hacer las primeras relaciones públicas, la esposa de Nixon decidió mantenerse en privacidad. Así lo reporta el libro:

"In Hyannis Port, Massachusetts, Jackie Kennedy, six months pregnant with her second child, was hosting a debate-watching party. About thirty people had gathered in the Kennedys’ summer home on Nantucket Sound, where the guest list included Jackie’s sister, Lee Radziwill; Professor and Mrs. Archibald Cox; Professor and Mrs. Arthur Schlesinger, Jr.; Democratic committeewomen from around New England; and last but not least, about a dozen journalists."

"The Kennedy “Listening Party,” as the newspapers anachronistically termed it, offers further evidence of how differently the two political camps regarded the debate. While the wife of the Democratic candidate used the occasion for public relations, Pat Nixon spent a quiet evening watching at home with her two daughters in Washington, out of sight of reporters until the next day, when she would be enlisted for damage control."


Al terminar el debate, Jacqueline Kennedy pasó a los libros de la historia, en lo que se conoce como el primer comentario de relaciones públicas a favor de un candidato luego de un debate, cuando exclamó ante la prensa: "Yo creo que mi esposo estuvo brillante". Así lo recoge el autor de la obra:

"In what history records as the first example of postdebate spin, Jacqueline Kennedy turned to her guests at program’s end and exclaimed, “I think my husband was brilliant.”

Quince minutos luego de terminar el debate, Kennedy llamó a su casa, y todo era algarabía. Contrario a lo que sucedió con Nixon, que en una conversación que sostuvo con su madre, relatada por el mismo, reconoció que "había cometido un error básico. Me concentré demasiado en la sustancia, y no en la apariencia. Debí recordar que una imagen vale más que mil palabras". Una lección que perdura hoy día al igual que ayer.

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