martes, junio 01, 2010

El peso de la tradición


Ayer se celebró en Estados Unidos de América el Memorial Day, en recuerdo a todos los soldados caídos en cumplimiento del deber en las distintas batallas, operaciones y guerras que han participado las fuerzas armadas norteamericanas. Para las familias americanas, a parte de lo anterior, representa el primer feriado del verano, lo que es aprovechado para hacer comidas y picnics al aire libre.

Para este día, el presidente de los Estados Unidos tradicionalmente preside una hermosa y solemne ceremonia militar en el Cementerio Nacional de Arlington, que queda relativamente cerca de la Casa Blanca. Tratando de ser diferente, el presidente Obama, a diferencia de sus antecesores, y dado que estaba con su familia en su casa de Chicago, decidió presidir una ceremonia especial en el Cementerio Nacional Abraham Lincoln en Illinois. Por su parte, el Vicepresidente Joe Biden presidió la ceremonia tradicional en Arlington.

El tiempo le jugó mal a Obama ayer. La ceremonia que presidió fue cancelada dado que justo antes de llegar su turno para pronunciar el discurso central, una tormenta severa lo impidió y Obama tuvo que, bajo sombrilla, decir unas breves palabras de excusa. Algunos grupos conservadores criticaron que Obama presidiera esa ceremonia, argumentando que debía estar en la ceremonia de Arlington.

La verdad es que la ley no exige que el presidente de Estados Unidos deba presidir la ceremonia en Arlington. Sin embargo, el peso de la tradición indica que ese día, el presidente americano dirige un mensaje a las fuerzas armadas y a sus conciudadanos. Cada presidente lo ha hecho a su estilo. Su antecesor, Geroge W. Bush asistió, durante sus ocho años, a casi todas las ceremonias de Arlington. El presidente Gerald Ford asistió los dos años que le tocó gobernar. Entre las excepciones, los presidentes George H. W. Bush (a pesar de que fue piloto condecorado de la Marina en la Segunda Guerra Mundial) nunca asistió a esta ceremonia, así como Richard Nixon. Ambos enviaban mensajes a propósito de esta significativa fecha.

En la sociedad americana todo se politiza, incluyendo honrar a sus muertos de guerra. El peso de la tradición se impone. Al final, Obama tuvo que celebrar cuando llegó ayer a la Base Aérea Andrews, que es el lugar donde despega y aterriza su avión presidencial, una improvisada ceremonia ante los militares y familiares con motivo del Memorial Day. Se cumplió con la tradición.

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