miércoles, junio 02, 2010

La advertencia Miranda

Quienes hemos tenido la oportunidad de ver películas policíacas hechas en Estados Unidos de América, hemos escuchado innumerables veces que, cuando la policía detiene al sospechoso le dice: "Tiene el derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede y será usado en su contra en un tribunal de justicia. Tiene el derecho de hablar con un abogado. Si no puede pagar un abogado, le será asignado uno a costas del Estado".

Es la conocida Advertencia Miranda que contiene una serie de derechos del acusado que integran el derecho a la defensa, el derecho a no autoincriminarse, y el derecho a un juicio imparcial, que componen el llamado debido proceso de ley. En el fondo, la Advertencia Miranda se estableció ante el hecho innegable de que la presencia de la policía, más sus técnicas de interrogatorio, provocan confesiones que luego de ser analizadas se comprobaban que no se correspondían con los hechos.

Esta advertencia fue luego consagrada dentro del bloque de los derechos constitucionales del acusado por sentencia de la Suprema Corte de Estados Unidos en el caso Miranda vs. El Estado de Arizona, en donde se estableció que cada vez que un policía arreste o detenga a un sospechoso debe leerle sus derechos.

El pasado lunes 31 de mayo, la Suprema Corte de Estados Unidos dictó una sentencia en la que continuó redifiniendo estos derechos, al establecer que el solo silencio no invoca a la Advertencia Miranda, lo que significa que si el acusado guarda silencio por tiempo prolongado en su interrogatorio y responde lacónicamente al final del interrogatorio, no significa que necesariamente este protegido por el manto de Miranda. En este caso, la Corte decidió 5 a 4, en una situación en la que el sospechoso, acusado de homicidio, respondió, luego de un prolongado silencio, afirmativamente con un "Sí", solo estas tres preguntas: "¿Usted cree en Dios? "¿Usted reza a Dios?" "¿Usted reza a Dios para que le perdone haber usted disparado al joven muerto?“ Su respuesta afirmativa bastó para que el sospechoso fuese condenado.

Desde mi punto de vista, esta decisión de la Suprema Corte americana limita más los derechos de los acusados. Continuaré dando seguimiento a su evolución.

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