miércoles, diciembre 22, 2010

Nelson Mandela, desde la celda

"... la celda es un lugar idóneo para conocerte a ti mismo, para indagar con realismo y asiduidad cómo funciona tu propia mente y tus sentimientos. Al juzgar nuestra evolución como personas, solemos centrarnos en factores externos como la posición social, la influencia y la popularidad propias, la riqueza y la formación. Sin duda, esos parámetros son importantes evaluar el éxito de uno mismo en cuestiones materiales y es perfectamente comprensible que mucha gene se esfuerce especialmente por cumplirlos. Sin embargo, los factores internos puede ser aún más cruciales a la hora de evaluar el desarrollo como seres humanos. La honradez, la sinceridad, la sencillez, la humildad, la generosidad sin esperar nada a cambio, la falta de vanidad, la buena disposición a ayudar al prójimo (cualidades muy al alcance de todo ser) son la base de la vida espiritual de una persona. La evolución en cuestiones de esa índole es inconcebible sin una introspección seria, sin conocerte a ti mismo, sin ser consciente de tus puntos débiles y de tus errores. Al menos, aunque solo sirva para eso, la celda te da la oportunidad de analizar a diario toda tu conducta, de superar lo malo y de potenciar lo bueno que hay en ti".

Nelson Mandela, en carta dirigida a Winnie Mandela en la cárcela de Kroonstad, el 1 de febrero de 1975, publicada en su más reciente libro Conversaciones conmigo mismo.

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