lunes, febrero 28, 2011

Robert Gates: no más Afganistán ni Iraq

Robert Gates no formó parte de los halcones que decidieron invadir a Afganistán ni Iraq. Le correspondió una tarea más muy delicada, al convertirse en Secretario de Defensa: administrar una guerra, con todas las consecuencias que ello implicó. Primero, tratar de tener las menos vidas pérdidas de soldados americanos; Segundo, convencer a quienes decidían las políticas en la Casa Blanca y el Congreso que el costo económico de la guerra debía ser respaldado; Tercero, y no menos importante, lograr retirar la mayor cantidad de tropas de Afganistán e Iraq en el menor tiempo posible; Cuarto, evitar la aparición del fantasma de Vietnam; y Quinto, adecuar y ajustar las Fuerzas Armadas de Estados Unidos a la nueva realidad mundial, en donde las prioridades no son las de la guerra fría.

Ha tenido la experiencia de trabajar con dos presidentes: George W. Bush y Barack Obama, lo que, sin dudas, le coloca en una categoría especial de servidor público. Como era lógico, ya anunció su retiro voluntario del cargo, y sus declaraciones públicas en estos días finales son con más libertad, y tienen un carácter de reflexión sobre el presente y el futuro del poder militar de la nación más poderosa del mundo. El pasado viernes 25 de febrero, Gates pronunció su último discurso ante West Point Academy en el que afirmó que no pueden volverse a repetir guerras como Agfanistan e Iraq:

"La necesidad de una pesada armadura y poder de fuego para sobrevivir, junto con, y destruir al enemigo siempre estará ahí, como los veteranos de la ciudad de Sadr y Fallujah no puede dudar de fe. Y uno de los beneficios de la reducción en Iraq es la oportunidad para llevar a cabo el tipo de formación de espectro completo - incluyendo ejercicios mecánicos de armas combinadas - que es descuidado para satisfacer las demandas de las guerras actuales. De cara al futuro, sin embargo, en la competencia cerrada por el presupuesto dentro y entre los servicios, el Ejército también debe enfrentarse a la realidad de que la más plausible, los escenarios de alta calidad para los militares de EE.UU. son los compromisos sobre todo naval y aérea - ya sea en Asia, el Del Golfo Pérsico, o en otro lugar. La estrategia racional para las fuerzas expedicionarias de rápido movimiento, ya sea del Ejército o infantes de marina, infantería aerotransportada o de operaciones especiales, es evidente dada la probabilidad de lucha contra el terrorismo, la reacción rápida, la respuesta a desastres, o la estabilidad o las misiones de las fuerzas de seguridad ayuda. Pero en mi opinión, cualquier secretario de Defensa de futuro que asesore al presidente a enviar de nuevo un gran ejército de tierra americana en Asia o en Oriente Medio o África debe "tener la cabeza examinada", como el general MacArthur tan delicadamente lo dijo en una ocasión."

Muy pocos medios tradicionales se hicieron eco de esta especie de confesión. Solo ví esta noticia. El discurso de Gates tiene otros temas interesantes, sobre todo, relacionados con la promoción interna dentro de las Fuerzas Armadas, y la visión gerencial y corporativa que debe tener esta institución, aunque Gates, con razón dice que "el Ejército no es Apple, no es General Electrica ni la Cruz Roja". El discurso completo, aquí.

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