lunes, mayo 09, 2011

El regulador

Regular servicios públicos es complejo. Siempre, hay cuatro patas en la mesa: La ley, los consumidores, el mercado y el gobierno. En el ámbito de las telecomunicaciones, la situación es más delicada por la rapídez de los avances tecnológicos, por lo que el regulador siempre debe ir con un paso más avanzado que el resto de la industria que mantiene una lucha feroz en los distintos segmentos del mercado, sobre todo en Internet. Cuando un regulador decide poner orden, toma decisiones. Primero, hay que ser transparente, de forma que todos los sectores sepan con tiempo las decisiones que se adoptarán, y que puedan dar su opinión sobre las mismas. Segundo, no bloquear el uso y el contenido legítimo de Internet, y sancionar a quien incurra en esa práctica. Tercero, propiciar un ambiente para que el consumidor seleccione las mejores ofertas en el mercado. Y cuarto, proveer flexibilidad para los proveedores del servicio de Internet. En síntesis, asumir la neutralidad de Internet, emitir políticas para incrementar la banda ancha, y eficientizar el uso del espectro radioeléctrico. Asumir esa agenda de trabajo implica transitar un camino que no siempre estará lleno de rosas. Tiene sus espinas. Es lo que eficientemente está haciendo Julius Genachowski, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos, mejor conocida como la FCC. La historia, aquí.

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