domingo, octubre 26, 2008

Calzando los zapatos de otro



Cada vez que se produce un cambio en el gobierno, en una organización política, social o religiosa, los medios de comunicación se interesan por saber las cualidades y calidades de la persona que asume la nueva posición.

En el caso particular de las organizaciones religiosas, en donde los cambios se producen con menos frecuencia que en otros ámbitos de la sociedad, el interés por conocer a las personas que asumen nuevas posiciones, es mayor. Tal es el caso de la Compañía de Jesús, que, en enero de este año, eligió al Padre Alfonso Nicolás, como su Padre General.

Lo curioso es que el Padre Nicolás se convirtió en el 30avo Padre General desde la fundación de la Compañía de Jesús en el 1541 por San Ignacio de Loyola. Entre 1965 y 2008, hubo dos Padres Generales: el Padre Pedro Arrupe (1965-1983), y el Padre Peter Hans Kolvenbach (1983-2008). A diferencia de otras órdenes religiosas, el cargo de Padre General es vitalicio, excepto cuando se produce una renuncia por razones de edad o de salud, que fue lo que sucedió con el Padre Kolvenbach, quien renunció, y por tales razones, se convocó a la elección que eligió al Padre Nicolás.

Ya podrán imaginarse la curiosidad que despertó en los medios de comunicación conocer y hablar con el Padre Nicolás. Tampoco no faltaron algunos que quisieron hacer comparaciones con sus anteriores antecesores. Gracias a mí distinguido amigo, abogado y político chileno, Sergio Espejo, he leído en su blog lo que fue la primera entrevista del Padre Nicolás a los medios de comunicación, de la cual me permitiré reproducir algunos extractos:

“Otros periódicos dicen que soy tipo Arrupe, tipo Kolvenbach, mitad y mitad, al cincuenta por ciento, pero nadie ha dicho todavía que yo tengo un 10 por ciento de Elvis Presley, pero se podría decir y no sería sorpresa. Todo esto es falso.

Yo no soy el P. Arrupe, yo amo al P.Arrupe, lo admiro, ha influido en mí, lo he tenido como superior cuatro años en Japón, incluso lo había conocido antes, en el colegio, cuando nos hablaba de la bomba atómica en Hiroshima…,pero yo no soy Arrupe.

Entonces, ¿quién soy yo? si me preguntan les diré que he sido hecho para la realidad en la que me encuentro, estoy en proceso, in fieri, hasta que me convierta en lo que Dios quiere de mí, de todos nosotros; lo mismo en las relaciones con el Santo Padre o con lo que reciba de esta Congregación General. Todo depende de la habilidad que yo tenga o no de responder a la realidad y ante los que están a mi alrededor y ante lo que me encargue la Congregación General. Este siempre es un tema abierto.”


Tambien dijo:

“Yo pienso ser transparente. He aprendido en Indonesia, de una pareja que no era cristiana, en un contexto donde se tiene miedo de los espíritus malignos, pareja que, para defenderse de esas amenazas tomó como espiritualidad la transparencia, y así, lo malo que llega pasa sin dejar rastro y lo bueno que llega se va comunicado a los demás. Creo que es un símbolo para tenerlo en cuenta. Transparencia que es una actitud responsable para el bien de los otros, no para nosotros. No es tan importante lo que la gente piense de mí, es más importante el bien de los demás.”


Para aquellos que nos gusta la política, y entender los procesos de cambio en las instituciones y en el gobierno, la primera entrevista del Padre Nicolás es una excelente lección. Ideal para una reflexión dominical.

(Disclaimer: Soy alumno del Colegio San Ignacio de Loyola, Santo Domingo, Promoción 1984).

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