El Listín Diario de hoy trae una amplia entrevista con el Presidente de la Comisión Nacional de Energía que contiene informaciones muy interesantes. Me detendré en una de ellas: El proyecto tendente a sustituir 10 millones de bombillas incandecentes, como aquellas que inventó Tomas Edison, y que son las que la mayoría de los dominicanos tenemos en nuestras casas, por igual cantidad de bajo consumo o fluroscentes.
Según la Comisión Nacional de Energía, el costo total sería de US$25 millones de dólares, y que todo se hará de manera transparente mediante licitaciones públicas. Esto es lo que esperamos la mayoría de los dominicanos, transparencia. Hay que recordar que este mismo gobierno intentó hacer un proyecto similar, y fracasó.
Si se hace con transparencia, el proyecto será un éxito. Es más, debería incluir a amplios sectores de la vida nacional, incluyendo a los partidos políticos, sobre todo en la campaña de orientación a todos los consumidores.
También, sería recomendable anunciar el tiempo de ejecución del proyecto, y lo que esto representaría en términos del ahorro de la energía. En algunos países, el consumo de bombilla incandecentes representa el 3% de la energía total que se consume.
Las bombillas incandescentes, como las bolsas de plástico o las botellas de agua no reciclables se están convirtiendo en un símbolo de la lucha contra el cambio climático. No es que su sustitución por bienes más ecológicos vaya a evitar el problema de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero sus impulsores consideran que ayudan a crear una conciencia ciudadana de lucha contra el calentamiento global.
Por lo visto, parece ser que los días están contados para el bombillo incandescentes. Ahora, falta ver si pasamos de la palabra a la acción, con transparencia y eficiencia.